"Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, aunque la violencia se practique a plena luz del día" John Lennon

sábado, 9 de enero de 2010

Mi gran descubrimiento. Capítulo 1.


Desde pequeña (mis padres son testigo) me he estado inventando mis propios mundos. Hacía magia, desaparecía y, con mi arco y mi flecha, mataba sin matar a mis amigos. Defensora del bien, pensaba, yo no puedo ser otra cosa que una "heroa" (con unos cinco años, ¿quién piensa que es heroína?). A sí que crecí y seguí con esa fantasía, con ese cuento de hadas que sigue susurrándome a los oídos. Hasta que un día, descubrí la historia de una mujer inglesa. La recuerdo en una sesión de fotografía, a mi edad de siete años, sosteniendo en sus manos un libro. Miré para otro lado. ¡Buag! ¡Libros! Sí, de pequeña eran mi mayor enemigo. Aunque no pude evitar mirar de nuevo a la televisión, ya que estaban hablando de sacar una película en el 2001, en ese año en el que habitaba yo. Me impresionó un trailer de la película, en la que salían centauros, varitas mágicas y... ¡un colegio de magia! Miré a mi padre con los ojos llenos de emoción y me sonrió. Iríamos a verla al cine, segurísimo.

Mi padre había escuchado hablar de los libros, pero no tenía ni uno (y mira que es difícil. Para que él no tenga un libro de fantasía...). Aún así, sabía más o menos de lo que iba. Hablaba de un niño huérfano que vivía en casa de sus tíos, casi maltratado, en Little Whining, Surrey, Inglaterra. Su primo le metía la cabeza en el váter y el pobre tenía que dormir en la alacena debajo de la escalera. Cuando cumplió once años, recibió una carta por lechuza (algo que me fascinó), que citaba que debía ir a una escuela llamada Hogwarts, donde aprendería a ser un mago de verdad, como sus padres ya fallecidos.
Tuve que esperar unos meses antes de que saliera, pero ocurrió todo en diciembre, mientras celebraba la Navidad con mi familia en Canarias. Intenté convencer a mis abuelos para que vinieran conmigo y a mi madre también, pero no lo conseguí. Pero bueno, fui con mi padre y con mi hermana, otra que también estaba bastante intrigada en esa película.
El día exacto no recuerdo demasiado bien cuál fue, pero si recuerdo estar expectante en el cine como nunca lo había estado. Una niña de siete años no debería tener tanta expectación en una película que parecía ser más para mi hermana (que tenía en ese entonces 12 años, casi los mismos que el niño de la película). Yo ni siquiera me sabía demasiado bien el nombre del niño pero, al ver el póster de la película, se me quedó grabado. En el póster estaba ese niño y un hombre cinco veces más grande que él de espaldas, en unas rocas y admirando lo que parecía ser un castillo. Las letras del nombre de la película eran muy originales y el nombre Harry Potter nunca se me podrá borrar de mi mente.

1 comentario:

  1. Y fué uno de los días más felices de mi vida...aunque esa misma noche ,sonámbula ,me gritaste despavorida.."Donde está Voldemort?Me esta tocando ???2..."No ... duérmete"..."Ahhhh".Un beso,ratón...sigue así.

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