Y te envidio, por posarte en las flores más bellas, por hacer tuyos los aires. Y no tienes vértigo, no tienes miedo a caer. Vives así, natural y silenciosa. Vives así, de manera intensa y placentera, como no lo hace nadie. Y no eres tan simple como todos creen, no: la felicidad que me invade tu morfología no atiende a leyes físicas. Eres materia divina, frágil y furtiva.
¡Ay, mi mariposa tierna! Vuela cerquita del sol sin llegar a quemarte como Ícaro, que tú puedes. Abre tus alitas, paleta de colores, y vuela. Vuela hasta la segunda estrella a la derecha, baila con otra mariposa de cuento, a la luz de la luna.
Cuanto te pareces tu a esa bella mariposa...solo que tu llenas mas de luz los corazones de quienes te conocen...un besito
ResponderEliminarQué envidia de maripoilla.
ResponderEliminarY como bien dice tu papá, cuánto hay de ella en ti :)
te quiero pequeñuela.