Las profesoras tardaron, pero se lo agradecimos porque había un hombre que se ganaba el dinero haciendo enormes pompas de jabón. Y nosotros, como chiquillos, mirábamos aquellas pompas bien grandes con una sonrisa. Probaron unos cuantos de los nuestros (Sara, Guille y Laura) y muchos de nosotros dejamos una moneda en su sombrero.
De allí fuimos al Panteón, pero era fiesta nacional y no podíamos entrar. Así que fuimos a la Fuente del Observatorio, una fuente bastante curiosa: cuatro mujeres de cada continente (falta una, pero la profesora no quiso decir por qué) sujetan la esfera del mundo, con híbridos de caballo y pez a sus pies.
Sin lugar a dudas, desde el Trocadero la Torre Eiffel se ve de una forma descomunal. Allí estaba plantada ella, dueña de todo París, que nos contemplaba como si fuéramos simples hormiguitas. Nos hicimos todas las fotos que pudimos, claro está. Con la bandera del Cádiz, la de España, con varios vendedores ambulantes. Luego fuimos bajando hasta los pies de “La Reina de París” y veíamos cómo cada vez ella iba creciendo, hasta que estuvimos bajo su falda. Algo bastante curioso fue ver cómo unos cuantos bailarines de break dance hacían un espectáculo, justo allí, debajo de la Torre. Las profesoras nos concedieron unos minutos y luego seguimos nuestro camino.
(Algunos de nosotros a lo gaditano en la Plaza del Trocadero)
Caminamos por los Campos de Marte, otro lugar donde se puede tomar una vista hermosísima de la Torre Eiffel. En el otro extremo se encuentra el Monumento a la Paz (donde, en sus paredes y columnas, está escrita la palabra PAZ en muchísimos idiomas) y, justo detrás, la Escuela Militar, donde se formó Napoleón Bonaparte. Era algo bastante paradójico: en la vista desde los Campos de Marte se ve el Monumento a la Paz tapando la Escuela Militar…
Nuestras inmejorables profesoras (no soy pelota, pero llevábamos lo mejorcito de “Manuel de Falla”) se explayaron allí. No sé si la libertad que todos sentíamos o las numerosas horas junto a adolescentes fueron las causas para que mostraran su lado más joven, pero Helena dejó a un lado su rol de sargento que utiliza en las clases de Educación Física, Montserrat cantó numerosas canciones de Mecano y Pepi se hizo “un reportaje fotográfico” con la bandera del Cádiz y la Torre Eiffel detrás (sus dos amores, como dijo ella).
Para finalizar el día, tomamos el metro en la estación L’École Militaire hasta Centre Pompidou para comer, si a eso se le podía llamar comida…
Veo dificil visitar Paris en los proximos años y es muy agradable conocerlo con la mirada de un joven tan detallista y apasionada como tú, gracias por compartir tus experiencias con nosotros. Bezitoz
ResponderEliminarFue erigida en 1873 y su decoración consiste en cuatro mujeres de bronce sustentando un globo, símbolo de los cuatro continentes; el quinto, Oceanía, se omitió por cuestiones de simetría. Los caballos marinos parecen surgir galopando del agua de la fuente, y son obra de Frémiet. Se la conoce como las Cuatro Partes del Mundo.
ResponderEliminarNos taparon Australia Jude??!!!! Oiiish que pecado mortal xD
Por lo demas, todo precioso. Casi puedo ver los Campos de Marte :) Y la anecdota de la escuela militar y el momento a la PAZ, genial.
te quiero cosota!
Voy a determinar finalmente no leer más tu diario, porque los dientes están peligrosamente afilados de tanto arañar el suelo con tus andanzas... Sana siempre envidia, hermanita; sabes cuanto me alegro de tus proezas. Besitos cariñosos.
ResponderEliminarLa plaza del Trocadero y Port Royal...no me quedará mas remedio que visitarlos...jejej.Besos,cariño
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